miércoles, 20 de abril de 2016

REFLEXIONANDO SOBRE EL BLOQUE 4

        Tengo la convicción que las personas que nos hemos atrevido a hacer este curso tenemos cierta curiosidad, y al menos algunos conocimientos, del mundo de la nutrición y alimentación. Quizás incluso nos sintamos atraídos hacía el mismo porque somos seguidores de la famosa cita latina: “Mens sana in corpore sano”. Creo además que el hecho de conocer a gente que tiene problemas de salud e incluso poder tenerlos nosotros mismos nos anima a indagar, profundizar y formarnos en este ámbito para mejorar nuestra calidad de vida y aconsejar a nuestro seres queridos para que nos sigan en este empeño.
         A la hora de realizar la tarea ¿Qué puedo comer?, hemos tenido que ponernos en el lugar de todas las personas que no pueden comer alegremente todo aquello que les apetezca debido a las alergias e intolerancias que hemos visto que existen. Opino que España tiene todavía mucho camino por recorrer en el campo de la hostelería en lo referente a la formación en nutrición. La mayoría de los restaurantes ofrecen menús muy generales y no informan al consumidor de los alérgenos que tales comidas pueden contener. Hay mucha desinformación en este sentido. En mi caso, he visto en más de una ocasión cómo había que explicar al camarero los alimentos que no podía tomar una persona porque era intolerante al gluten. Habría que cambiar los menús y poner símbolos que hagan referencia a los alérgenos (ej: espiga para alergias a cereales y gluten). Además, deberían ofrecer alternativas en los menús y dar la posibilidad de modificar las recetas. De esa manera, los clientes, saldrían más a comer y se sentirían más cómodos. A veces, evitas salir a comer fuera cuando tienes problemas con los alimentos. Si normalizásemos esta situación, nos pusiésemos en el lugar de todos y ofreciésemos alternativas, mejoraríamos el ánimo de las personas que tienen estos problemas. Igual que hay que eliminar barreras arquitectónicas para personas con discapacidad, hemos de eliminar otras. Para ello, es necesario reeducar a la sociedad en la que vivimos y no esperar a tener un problema para comprender al vecino y preocuparme por el.
         En cuanto a los falsos mitos, creo que todavía nos resistimos a admitir la falsedad de muchos de ellos, ya que eran dogma para nosotros cuando éramos unos niños y muchos de ellos los hemos llevado a cabo a pies juntillas. No obstante, nuestra curiosidad y ganas de aprender, además de una preocupación por ser “gente sana” nos ha abierto la mente y nos ha permitido desterrar muchos de ellos. Este ejercicio, me ha ayudado bastante en este sentido. También a veces, nos fiamos de internet o libros que compramos y no verificamos si lo que ven nuestros ojos es certero. Esto me he ayudado a contrastar la misma información en diferentes fuentes y comprobar que son dignas de confianza.
         El colegio, instituto es un lugar ideal para educar en estos temas. Si ya desde pequeños tienen conocimiento sobre las alergias e intolerancias, ayudaremos a crear ciudadanos conscientes que marquen una diferencia en la sociedad. Estos alumnos crecerán y tendrán un bagaje que pondrán en práctica hagan lo que hagan. De estos colegios e institutos, saldrán hosteleros, abogados, arquitectos……En un centro educativo, se educa en valores y el objetivo es conseguir cambiar las cosas que no funcionan desde abajo. Por ello se realizan charlas, actividades tutoriales, excursiones que fomentan el respeto hacia el medio ambiente (reciclaje), a todas las razas y culturas, respeto entre compañeros (acoso escolar)….y por supuesto respeto a nuestro cuerpo. Creo que una idea estupenda para tratar este tema, sería organizar unas jornadas gastronómicas con productos alternativos y aptos para personas con diferentes alergias e intolerancias. Previamente, se daría una clase teórica, se sondearía el número de alumnos que tienen alergias e intolerancias en distintas clases y se propondría realizar un menú apto para todos los alumnos. La tarea se podría realizar en grupos. Cada grupo, elaboraría un plato y detallaría los ingredientes del mismo.

         En el caso de los mitos, me parece buena idea que busquen en internet mitos sobre la alimentación y que realicen una entrevista a un médico local para comprobar si tales mitos son verdaderos o falsos.

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